En épocas navideñas, me tiro meses buscando el detalle perfecto para todos los que me rodean. Supongo que todos actúamos un poco por costumbres y rutinas y parece que se acaba el mundo por comprar en esta temporada de buenos deseos y un sinfín de nuevos propósitos. De entre todos esos regalos que dan vueltas en mi cabeza hasta que toman forma, me quedo con los que están hechos a mano, porque con ellos va un poquito de mí. Y eso lo nota el que lo recibe ¡y tanto que lo nota!