Ya hace meses que volvimos de nuestro viaje a Grecia y a menudo añoro volver y descubrir la inmensidad de rincones que quedaron pendientes. De lo que pudimos aprender culturalmente, de los recuerdos emocionales, del contacto con el país heleno, afloran también sus sabores, sus ingredientes, sus texturas.
En casa somos, como manda la tradición, de dieta mediterránea, así que seguir las bases de la gastronomía griega no es un mandato sino un placer. Aceite de oliva, aceitunas, verduras frescas, quesos, yogur, aromas y condimentos únicos… toda una combinación de ingredientes saludables en una cocina sencilla que adquiere también influencias tanto de oriente como de occidente.