¿Quién no hay ido a la feria y ha babeado delante de unas deliciosas, apetecibles y muy vistosas manzanas de caramelo? Ese color rojo tan característico y el olor a caramelo que despreden las hace particularmente atractivas a la vista.
Hace años que mi hija me pedía que se la hiciera en casa. Siempre me las pide cuando vamos a algún parque de atracciones y normalmente soy yo la que acaba comiéndola y pegoteada de caramelo por todos sitios. Al final, cedo por comprarsela pero odio la sensación de pensar que todo se pega al caramelo y a saber cuánto polvo acumula la susodicha manzana.
Así que caí y después de probar un par de recetas, recurrí a Martha Stewart, con ella no se falla. Usa un sírope de maíz, que además tenía en mi despensa del último viaje a México, que ayuda a que el azúcar no queda tan duro como para romperte un diente y vengas a mi reclamando la visita en el dentista.