Ya estoy de vuelta. Bendita rutina, que baña nuestras vidas con horarios de comida, de sueño… que respeta el fluir de las cosas organizadas. La mente permanece bañada en recuerdos de verano con los que ir tirando cuando se busque el descanso o en su caso, la salida fácil a la rutina, bendita rutina.

La receta o doble receta de hoy tiene un sabor a Italia inconfundible. Se trata de un calzone de espinacas cocinadas con cebolla y jamón serrano, sobre una cama de tomate con albahaca y cubierta con cuatro quesos antes de cerrarla con más masa por encima. Al sellarse, los aromas se funden en la cocción. La ensalada, con queso de cabra rebozado y anacardos, lleva todo su sabor en el aderezo, hecho a base de tomates caramelizados... la verdad, todo un placer, al que no debes renunciar.

El calzone es una especialidad de la cocina de Napolés. Su nombre tan particular viene exactamente del parecido que guarda con un pañal.

Para preparar la masa del calzone, os dejo el enlace de mi masa de pizzas. Se prepara de la misma manera, se hacen dos bases redondas, sobre la mitad se extiende una capa de tomate, a ser posible casero, aderezado con un poco de albahaca, las espinacas, y queso para fundir.

Hornea durante unos 20 minutos hasta que la masa se dore. Puedes aderezar con aceite de hierbas.

 

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